salmón del Atlántico

El salmón del Atlántico posee un cuerpo esbelto y poderoso, perfectamente adaptado para nadar contra corriente. Mientras es juvenil (alevín hasta finales de primavera, parr durante su estancia en agua dulce, smolt durante su migración al mar), se parece a su pariente la trucha: su coloración es plateada, salpicada de puntos rojos, su dorso es de un color gris pizarra, sus flancos aparecen recubiertos de unas características marcas azuladas.

Durante su descenso al mar, adquiere una librea más brillante y plateada mientras su capa de escamas se debilita, color que conserva hasta su regreso a su lugar de nacimiento. Con el acercamiento de la época de reproducción, la piel se vuelve más gruesa y resistente, los flancos se tiñen de bronce y se adornan con puntos rojos y morados. En los machos aparece un pico característico. Después del desove, los individuos que sobreviven, principalmente las hembras, recuperan sus libreas plateadas y reinician el ciclo.

Como todos los salmónidos, las escamas son lisas, los dientes aparecen bien desarrollados, y una aleta adiposa sin radios puede distinguirse entre la aleta caudal y la dorsal.

El salmón del Atlántico se alimenta principalmente de invertebrados durante su primer ciclo de vida en agua dulce. En esta etapa el "parr" es territorial y vive en las zonas de corrientes rápidas y poco profundas. En la primavera del segundo o tercer año, su morfología cambia para prepararlo para la vida marina: esto se conoce como esmoltificación. Momento en el que su librea se vuelve más ligera, perdiendo su agresividad.

En el mar, llega a zonas de engorde remotas (Groenlandia, Labrador, Islas Feroe, Báltico, Noruega). Su alimentación en este momento consiste principalmente en crustáceos ricos en carotenoides que le dan ese característico tinte rosado a su carne. Al regresar al agua dulce, deja de alimentarse por un período que puede durar varios meses (hasta un año para el salmón del Atlántico de Loire-Allier).

El salmón del Atlántico es ovíparo y entierra sus huevos en arena gruesa y sustrato de grava en los tramos medio y superior de los arroyos de corriente rápida. Los óvulos (de 1500 a 1800 por kg) son fertilizados simultáneamente en el desove por un macho. Muy pocos reproductores (1 a 2%) vuelven a bajar al mar para comenzar de nuevo el ciclo.