Descubre moluscos del género Tylomelania

Los caracoles del género Tylomelania son endémicos de la isla de Sulawesi. Se encuentran en el sistema de lagos Malili, uno de los principales puntos calientes de biodiversidad de agua dulce en Asia. Según el sitio WoRMS, se han registrado al menos 40 especies de caracoles distribuidas entre los lagos Mahalona, Masapi, Matano, Towuti y Wawontoa. Estos antiguos lagos también son conocidos por albergar numerosas especies endémicas de peces y crustáceos.
Todas las especies del género Tylomelania estudiadas por la IUCN están consideradas en peligro o en peligro crítico de extinción en su medio natural. Las poblaciones de la mayoría de estas especies están extremadamente localizadas, lo que las hace especialmente vulnerables. Además, están directamente amenazadas por la contaminación del agua procedente de la agricultura y la minería artesanal, por la transformación de los ecosistemas para la gestión del agua y por la presencia de especies invasoras. Las poblaciones ya afectadas también podrían verse amenazadas por la recolección para el comercio de acuariofilia.
Antes de ser clasificadas dentro del género Tylomelania, varias especies fueron descritas bajo los géneros Melanatria y posteriormente Brotia. Estos nombres aún se utilizan ocasionalmente. La taxonomía del género aún no está completamente resuelta, y varias especies aún no han sido descritas formalmente, incluso entre las que ya se comercializan en acuariofilia.
Los caracoles Tylomelania son vivíparos y dioicos; no cambian de sexo. Las hembras dan a luz a una sola cría completamente desarrollada, que incuban en su útero. En la naturaleza, se alimentan de vegetación y diversos restos que raspan de las rocas o del sustrato blando. Son exclusivamente de agua dulce, y todo su ciclo reproductivo ocurre en este medio. Algunas especies habitan aguas que rondan los 30 °C durante todo el año, mientras que otras viven en ríos más frescos de la isla.
En todas las especies, la concha es alargada y cónica. La rádula, equivalente a la lengua en los caracoles, es generalmente muy larga y robusta, con entre 130 y 250 filas de dientes. En algunas especies, la rádula es incluso más larga que la altura de la concha.
Las formas y colores vivos de estos gasterópodos los han hecho populares entre los aficionados a la acuariofilia. Dado que su reproducción en agua dulce es posible y sencilla, y considerando las amenazas que enfrentan en su hábitat natural, no se considera adecuado adquirir ejemplares capturados en la naturaleza.
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